A Otto le encanta jugar con su mamá y su papá, pero a veces no tienen tiempo. A Otto eso no le gusta mucho, porque entonces se siente muy solo. Pero un buen día suena el timbre y cuando Otto abre, aparece Oso. Y así empezará una gran amistad.
Aquest lloc web utilitza cookies, tant pròpies com de tercers, per millorar la vostra experiència de navegació. Si continueu navegant, considerem que accepteu el seu ús. Més informació