Claude Monet era un niño diferente. En lugar de jugar a las canicas, se quedaba maravillado con los reflejos del sol sobre aquellas pequeñas bolitas; en vez de hacer ahogadillas a sus amigos en el mar, se fascinaba con el movimiento de las olas y los colores del agua. De mayor quería ser pintor y plasmar todas aquellas cosas que veía en magníficas obras de arte. Acompáñanos en un viaje por la vida y obra de este gran maestro del impresionismo